Enith Salón resucita al Valencia en su primera victoria del curso y amarga al Levante (0-1)

Un tanto de María Martí, después de una sobresaliente actuación de la guardameta en su vuelta tras lesión, aúpa a las de Cristian Toro a sus primeros tres puntos de la temporada a costa de unas granotas que se complican peligrosamente la vida

Rafa Esteve

Rafa Esteve

El Valencia Femenino sigue con vida. Aún no han dado su última palabra en una Liga F cuya permanencia pelearán hasta el último segundo. Tardó en llegar la primera victoria de la temporada, pero la consiguieron por todo lo alto: en el Derbi Teika, en el Ciutat de València y ante un Levante que, después de caer derrotado ante su eterno rival, empieza a sumergirse en problemas. Sus cinco encuentros sin conocer el triunfo lo han hundido en una posición donde reina la intranquilidad. Donde el descenso, una temporada después de quedarse a un golpe de suerte de entrar en Champions, es una amenaza. Lo intentaron por todas las vías. Incluso, hasta el gol de un Valencia que, con la ventaja en el marcador, supo gestionar mejor los tiempos, fue superior. Pero la actuación de Enith Salón, sobresaliente en su regreso a la titularidad después de tres meses lesionada, frustró a un equipo que necesita reaccionar cuanto antes. Hay plantilla y cuerpo técnico para no desistir. Para creer que la salvación es posible. Una salvación que el Valencia tiene a cuatro puntos y que, después de su apoteósico triunfo en el Derbi, luchará hasta el último segundo para conseguirla. 

El Levante, sabiendo que su cita frente al Valencia no solo fue trascendental, sino que tenía la responsabilidad de responder en un Ciutat de València que respondió con una gran entrada, salió con todo desde el primer minuto. Avasalló a las de Cristian Toro en los compases iniciales, sobre todo, por el carril zurdo, donde Estela Carbonell percutió con mucho peligro y colocó centros envenenados para Érika Lombídez e Ivonne Chacón sin que estas rematasen sus envíos. 

Enith, clave

Al conjunto dirigido por Roger Lamesa le faltaron centímetros para precisar sus acciones ofensivas. Fue de menos a más, combinando con certeza y percutiendo con sentido. Sin embargo, una vez asomaron a portería, se encontraron a una Enith Salón que, en su vuelta a la titularidad después de tres meses de lesión, se exhibió bajo palos en el Ciutat de València. Ángela Sosa, con un disparo de treinta metros que se marchó rozando la escuadra valencianista, empezó a calentar a una guardameta que fue un auténtico dolor de muelas para el Levante. 

Prácticamente a bocajarro, y estirándose sobre la línea, sacó un disparo de Estela Carbonell cuando Orriols se dispuso a celebrar el tanto. Minutos después, Ángela Sosa, con un lanzamiento desde la frontal, exigió a la meta valenciana con un disparo dirigido a la escuadra que fue replicado con una soberbia intervención. Y, a poco del descuento, desquició a la ‘3’ granota estirándose de manera felina, después de que rematase, sin oposición, una gran conducción de Lombídez. Mientras, el Valencia, con el agua al cuello debido a su situación clasificatoria, apenas generó oportunidades, más allá de un tiro a pelota parada de Yasmin que se topó con el larguero. Sin embargo, las visitantes, sobre el espíritu de resistencia de Enith Salón, no perdieron la esperanza de rascar en un Derbi Teika que terminaron conquistando.

Penalti desperdiciado

De hecho, la exhibición de la guardameta se estiró minutos después de la reanudación después de palmear un remate con la testa de Érika Lombídez. No obstante, el Valencia fue ganando terreno a costa de un Levante menos inspirado, al que le costaba superar la línea defensiva de las de Cristian Toro. Pese a ello, superado el ecuador del segundo tiempo, el choque pudo cambiar su rumbo hacia los intereses valencianistas cuando Holmgrem derribó a Browne, mano a mano frente a la sueca, dentro del área. La meta enmendó su error deteniéndole la pena máxima a Yasmin, y en la jugada posterior, sacó a córner un disparo envenenado de Sara Tamarit. No obstante, sin hacer un encuentro lúcido, aprovechó su oportunidad asaltando el Ciutat de València a diez del final. 

Browne, después de deshacerse de María Molina, entró hacia la portería y, en vez de definir, detectó la internada de María Martí para cederle el esférico y colocarlo en el fondo de las mallas. Un mazazo de grandes dimensiones para el Levante, aturidado ante el golpe, y que con más corazón que cabeza buscó un empate que no pudo encontrar. El Valencia empieza a respirar, a sacar la cabeza y a creer en una permanencia que se le pone cruda a un Levante que sigue sumergido en la zona baja de la clasificación. La de Cristian Toro ya han dado su golpe de efecto. Las de Roger Lamesa, mientras, siguen sin reaccionar.

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