Un espaldarazo hacia la recuperación financiera

El ascenso tiene doble premio: volver a Primera División y recibir una cantidad aproximada de 50 millones por derechos televisivos. Una cifra que sirve de atajo para que el máximo accionista y su equipo de trabajo logren el ansiado equilibrio

Calero y Danvila, celebrando el ascenso en Burgos

Calero y Danvila, celebrando el ascenso en Burgos / F. CALABUIG

Rafa Esteve Picó

El ascenso del Levante a Primera División es la mayor alegría que pudo recibir un club aturdido de tantos golpes. La felicidad que se respira por las calles de València es incalculable ante el éxito cosechado por los jugadores dirigidos por Julián Calero, que afrontaron la temporada con el objetivo de que el club se olvidara de todos los dramas del pasado para que disfrutara de sus actuaciones sobre el terreno de juego. Todos los levantinistas han vivido la temporada con ilusión, conscientes de que la unión hace la fuerza y de que el espíritu del Levante consiste en no tirar la toalla pese a los críticos escenarios en los que ha estado sumergido. No obstante, si el club celebra su vuelta a la élite del fútbol español es, en parte, gracias al esfuerzo que realizó Danvila con el único fin de no dejar caer al Levante en uno de los momentos más delicados de su historia. 

La pérdida del ascenso a Primera División en 2023 provocó una crisis económica de gran envergadura: 107 millones que obligaron a mover ficha urgentemente y donde la figura de José Danvila apareció para taponar la herida sobre la que el Levante se desangraba a una velocidad muy alta. Tras ser elegido por parte de la Fundación, el empresario se hizo cargo de la gestión del club hace dos años entre las discrepancias y el descontento de la afición, que vio en sus ojos a uno de los culpables de la crisis financiera al formar parte del anterior Consejo de Administración. Sin embargo, sus inyecciones de capital, acompañadas de la reducción de costes y la búsqueda constante de ingresos, le dieron credibilidad entre la creciente masa social levantinista

Danvila, en la celebración del ascenso

Danvila, en la celebración del ascenso / sd

Sus lágrimas en El Plantío son el punto álgido de casi dos años de gestión donde, en octubre de 2023, puso 10 millones en las arcas del club para hacer frente a pagos pendientes y evitar un descenso administrativo. Tres meses después, invirtió otros 6 ‘kilos’ para afrontar más deuda y terminó asumiendo la deuda con Bravo Capital de 7, para elevar su gasto a 23 millones y, en marzo de 2024, establecer el plan de viabilidad definitivo que le convirtió en máximo accionista del Levante: adquisición del 37,7 por ciento del capital social de la entidad, compartiendo poder con la Fundación, a cambio de 6 millones de euros después de la aprobación del Patronato. 

Los ingresos en Primera

Un año después la situación en Orriols sigue siendo delicada, pero, tras conseguir en diciembre de 2024 un préstamo de 5,5 millones de euros con el que afrontar el retraso de las nóminas, y asegurar en la última Junta General de Accionistas que «BIZAS no le cobrará intereses al Levante por el dinero prestado», el ascenso a Primera División supone un ingreso de aproximadamente 50 millones de euros en las arcas del Levante. Un empujón hacia la recuperación financiera que José Danvila busca junto a su equipo de trabajo. No obstante, el pellizco económico no desvía la mentalidad de mantener una gestión austera y responsable. 

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