Opinión | L. A. Confidencial
Vega Sicilia

Vega Gimeno celebra una victoria en los Juegos Olímpicos de París / Agencias / EFE
Dicen los entendidos, que el buen vino mejora con los años. Dicen estos mismos, que uno de los mejores que se puede degustar es el que ofrece Vega Sicilia. Un caldo potente y exclusivo, sólo reservado para los grandes paladares.
Otra Vega, en este caso Gimeno, bien podría situarse dentro otra no menos gran cosecha, la de las mejores jugadoras en la historia del baloncesto español.
La valenciana destacó desde joven. De calidad contrastada desde sus inicios en esa cuna de talento base que es el Colegio de “El Pilar”, las siempre malditas lesiones minaron una trayectoria, que a buen seguro, hubiera tenido antes una mayor relevancia a nivel nacional y posiblemente internacional.
Pero Vega, siempre cargada de fuerza, como esas cepas que dan pie a ese Sicilia, conseguía superarse. Un esfuerzo que se vio compensado en Zaragoza, donde es leyenda y en la cual conseguía, delante de su público, levantar como capitana la Copa de la Reina, último título hasta la fecha obtenido por la entidad deportiva aragonesa. Una etapa que cerraba en los pabellones, pero que seguía abierta en el baloncesto conocido como 3x3.
Recuerdo, cuando uno jugaba a esto del balón naranja hace ya 30 años, aquellos primeros torneos de esta disciplina, donde estirábamos las temporadas, en unas ocasiones para matar el gusanillo competitivo y en otras, para preparar los cursos venideros. Una modalidad explosiva, rápida y en la que el nivel de acierto era básico para avanzar en los diferentes torneos que promovían las marcas para promocionar sus productos. La misma, sin ningún género de dudas, hecha como anillo al dedo para una Vega, donde la adrenalina alimenta su espíritu de lucha en todo momento.
No tardarían en llegar los éxitos, subiendo al pódium continental desde 2019, incluso al peldaño más alto del mismo, en la cita celebrada en París en 2021.
Fue tras su último servicio en las canchas, cuando el verano del 2024 le trajo la oportunidad de ser olímpica, pero también, a la postre, la oportunidad de colgarse una medalla delante del monumento de la Concordia, de nuevo, en la capital francesa. Algo que acabó consiguiendo y que pese a ser la de segundas clasificadas, le dejaba para siempre el sabor a metal dorado.
Un logro que no llegó a solas, ya que apenas un mes después, la majestuosa Viena, la vio coronarse, tres años después, por segunda vez como reina continental.
Un cierre de año que continúo sembrando los paralelismos con la otra Vega, la de Valbuena del Ebro, que como nuestra protagonista, firmaba en 2024 el mejor año de su trayectoria. Si la valenciana entraba en la lista de las elegidas en la historia del 3x3, la vallisoletana lo hacía en la que la sitúa como uno de los mejores vinos del mundo.
Aquella niña que soñaba con ser estrella, ahora piensa en el día a día y al igual que pasa con tan exclusivo brebaje, degusta cada entrenamiento en solitario y tasta, desde la calma, cada competición. Algo que además refrendan, otra vez, unos destacados resultados cada vez que entra en acción. Así, como el buen vino, seguiremos degustando lo mejor de una botella que se va acabando, pero a la que le quedan aún buenas copas por rellenar.
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